La irrupción de tecnologías digitales con un emprendedor o emprendedora visionaria a la cabeza, ha hecho que esta figura se haya romantizado. La visibilidad que adquiere la persona fundadora de la empresa, el CEO, ha aumentado considerablemente. Y ello hace que muchas personas aspiren a ser emprendedoras. Esta motivación puede conducir al error a la hora de emprender un negocio.
Pero una vez puestas ante la realidad de que posiblemente lo mejor para el momento vital de cada una es emprender, hay algunas cuestiones que se deben tomar en cuenta para llevar adelante un negocio. Emprender un negocio seguramente tomará trabajo, pero no por ello se quiere decir que será difícil, ni que no se deba hacer.
Como es una actividad con retos únicos, a continuación una serie de errores comunes al emprender un negocio que deberías evitar.
Pensar que no dependes de nadie y que se trabaja para una misma
Una persona puede tener habilidades técnicas muy valiosas. Pero siempre habrá un punto ciego, una pata por la que se cojea. Como éste será siempre el caso, se tendrá que contar con el apoyo de personas. Y por eso, hay que desarrollar habilidades de liderazgo y de trabajo en equipo. Las llamadas “habilidades blandas”. De acuerdo a la Wadhani Foundation —una ONG que se dedica al desarrollo económico— es mejor desarrollar estas habilidades que serán necesarias para trabajar en equipo. El camino de emprender un negocio no se hará en solitario.
Otra cuestión que se debe tomar en cuenta es la comunidad. Si una quiere de verdad tener la fuente de motivación necesaria para llevar a cabo un emprendimiento, hay que tener presente a la comunidad. La idea de emprender es bonita. Pero al final se busca resolver un problema con el emprendimiento. Y es la comunidad la que será la jueza sobre si el negocio es la respuesta a los problemas.
Además, de la comunidad, también está la relación con posibles proveedores. Siempre será necesario un elemento externo, y es allí dónde también será necesario algún dote de relacionarse con personas para que todo vaya de buena forma.
Por último, hay que decir que —ya sea en la parte de ventas, configuración de una estrategia a largo plazo, o una planificación financiera— siempre se va a necesitar un equipo. Y para manejarse con personas, serán necesarias las habilidades de liderazgo y trabajo de equipo. Si se quiere emprender un negocio, queda prohibido pensar que esto es cosa una sola persona y no un esfuerzo colectivo.
No tener clara una forma de interactuar con los posibles clientes
Un error sumamente común al ahora de emprender un negocio es el de no contar con la opinión y el input de los clientes. Ellos son los que saben qué quieren (o qué necesitan) para que su vida sea más fácil. Conocerlos, y tener proactividad para contactarlos, es clave para no cometer este error. La propia Wadhani Foundation informa que es de vital importancia esta comunicación con los clientes para hacer investigación de mercado. Desde la captación de los primeros que se enamoren del producto (conocidos como early adoprters), hasta encontrar la forma de fidelizar a estos clientes, la comunicación es fundamental.
Cuidar la relación con los clientes es fundamental, porque de allí saldrá conocimiento fundamental sobre las experiencias que han tenido como clientes o usuarios del producto o servicio.
Hacer las cosas según van siendo necesarias (improvisar)
La improvisación puede ser enemiga de los emprendimientos. Porque si no hay planificación, todas las tareas pueden hacerse más largas. Y entonces no hay tiempo para el desarrollo del negocio, ni la confección de una estrategia. A fin de cuentas, una cosa es una empresa incipiente, y otra muy distinta es una con un volumen de ventas estable y en franco crecimiento. Las necesidades financieras son distintas, y hay que saber tener el tiempo para poder detectar estos cambios. Con planificación estos es posible.
No delegar
Efectivamente, cuando se emprende un negocio, el negocio es como el bebé de la fundadora. Pero este cariño no quiere decir que se deba intentar controlar cada aspecto del negocio. En la fundación BankInter así lo informan. Delegar es bueno para muchos ámbitos de la vida social, y un emprendimiento no iba a ser menos.
Casarse con una idea: poner todos los huevos en la misma canasta
A veces se tiene mucha ilusión por la oportunidad de crear algo que viene la inventiva y creatividad propia. Y esto, si se convierte en terquedad y en falta de flexibilidad, puede ser un gran error a la hora de emprender un negocio. Lo mejor es empezar estos proyectos con una fase exploratoria y crear varias versiones —iteraciones— del producto o servicio. Andalucía Lab —un ente público de Andalucía, España que fomenta el emprendimiento— pide tener una flexibilidad como la del bambú: ser capaz de doblarse sin partirse. La flexibilidad permite saber por dónde se tiene que ir, qué quieren los clientes, y la capacidad para tomar decisiones. Cualidades cruciales para constantemente mejorar el producto y generar alternativas.
No analizar la competencia
Está bien que la empresa sea capaz de levantarse y definirse según sus propios medios y criterios. Pero analizar a la competencia siempre es bueno, porque permite entender dónde se ha fracasado, y cuáles son los puntos que producen dolor en el cliente en esa interacción con la empresa rival. La importancia de conocer la competencia no debe ser subestimada, y por eso el mencionado departamento público para las empresas —Andalucía Lab— le dedica una parte muy importante al análisis de la competencia cuando se busca describir el entorno.
Algunas ideas de negocio entrarán a entornos competitivos, y otras no. Por ello, siempre es un ejercicio útil identificar y analizar la competencia. Ello podría definir cómo se debe comportar la empresa.